ATEPSA denuncia en los medios de comunicación, el estado de los servicios de navegación aérea
Los servicios de navegación aérea en la Argentina están saturados y las autoridades no disponen de un plan de acción para mitigar situaciones que comprometen los márgenes aceptables de seguridad de las operaciones aéreas. A raíz del episodio de público conocimiento acontecido el pasado fin de semana, cuando un individuo interfirió ilegalmente en la frecuencia del Aeroparque Jorge Newbery y dio instrucciones a las aeronaves, se incrementa el estado de alerta en los servicios de navegación aérea en Argentina. Las interferencias en las frecuencias aeronáuticas en todo el país son más habituales de lo que se cree, debido a que son fáciles de interceptar con un equipo básico.
De acuerdo a múltiples denuncias realizadas por la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA), existen fallas permanentes (interferencias, falta de alcance y cobertura) en más de un 60% de las frecuencias aeronáuticas publicadas, con el agravamiento de que desde las autoridades que regulan la aviación en nuestro país diseñan procedimientos de navegación aérea que son aprobados e implementados sin cumplimentar con todas las instancias que requieren las normas para esto.
En Aeroparque, 8 de las 9 frecuencias funcionan con interferencias permanentes o intermitentes. La que resultó intervenida el día domingo de manera ilegal es la principal y la única que suele funcionar sin interferencias. Existe también una frecuencia auxiliar, que es una alternativa en caso de un mal funcionamiento de las otras frecuencias. Valga el ejemplo: en Ezeiza Sur -que abarca desde Ezeiza hasta Neuquén inclusive- la alternativa, ni siquiera está disponible.
“La seguridad operacional se ve comprometida y las autoridades, tanto la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA SE) como la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), deben asumir su rol como organismos de control y dejar de pasarse las responsabilidades, ya que las consecuencias de sus actos no solo las sufrirán los trabajadores sino también los pasajeros. Exigimos una mesa de diálogo en la que, de una vez por todas, podamos exponer los problemas y obtengamos respuestas”, explicó Jonatan Doino, Secretario General de ATEPSA.
Entre otras denuncias realizadas por la entidad gremial, que continúan sin respuesta por parte de la Empresa, se destacan el estado de los equipos, la dotación insuficiente de personal (según los parámetros de seguridad operacional), la falta de capacitación y las carencias en las oficinas de plan de vuelo que, en muchos casos, no disponen de internet, computadoras o impresoras, que son equipos fundamentales para la tarea.
La Revolución de los Aviones ha aumentado significativamente la cantidad de vuelos, sólo en el mes de octubre se transportó un 16% más de pasajeros respecto del mismo periodo de 2017. Se ha invertido en infraestructura aeroportuaria, comodidad y confort del pasajero, pero nada en aquello que es invisible a los ojos, pero fundamental para garantizar vuelos seguros: comunicaciones aeronáuticas, vigilancia, diseño de espacio aéreo y dotaciones de personal. ¿Cuándo se verá a la seguridad operacional como una prioridad?